jueves, 20 de febrero de 2014

Yo y mi dueño

http://www.crhoy.com/miley-cyrus-horroriza-con-provocaciones-sexuales-en-mtv/


Que todo es un engaño, no puedo dudarlo. Que somos marionetas de nosotros mismos, tampoco. El libre albedrío es algo tan relativo, tan discutible. Creemos ser libres en nuestro mundo interior, creemos disponer de nuestro pensamiento amparado en una ilusoria sensación de intimidad que, en realidad, no existe. Siquiera eso podemos manejar con libertad. Estamos condicionados por un entorno feroz, incluso cruento y comedimos nuestro razonamiento hasta los límites de un poderoso e invencible pudor. Alguien, algo nebuloso nos domina haciendo de nuestra actitud ante el mundo un designio predecible y que tiene de original lo que un rollo de papel higiénico. Para qué preocuparnos, pues; si hagamos lo que hagamos seremos sacrificados en la pira destinada a las cosas vulgares y anodinas. 

Luis F. de Castro

domingo, 16 de febrero de 2014

La fe


http://www.unocero.com/wp-content/uploads/2013/11/10-mitos-de-la-tecnologia-que-no-podras-creer.jpg

Qué es la fe sino una promesa, la mayor de las veces, vana; una motivación gratuita que nos arrastra por caminos oscuros hacia algo cuya probabilidad es incierta. Somos seres que necesitan creer, seres que se sustenta en inmensas columnas de espiritualidad cuya única finalidad es mostrarnos objetivos utópicos, objetivos aparentemente necesarios para seguir viviendo. El instinto de supervivencia de por sí, se desvanece a cada empellón del raciocinio, sucumbe ante el empuje del argumento y la demostración y poco a poco desaparece; pero nuestra naturaleza inconsciente porta armas para mantenernos vivos en este mundo sin motivo, y la fe es una de ellas. Creer sin más, se nos da bien; sorprendernos ante ínfulas  imposibles e injustificables nos apasiona y motiva más allá que un teorema indestructible. Alguien dijo que la fe mueve montañas y no le falta razón… yo diría que la tiene toda y, a pesar de las desgracias que acarreó desde el principio de los tiempos, es, en parte, el motor de una especie que, de faltarle, no sería otra cosa que un mamífero más.
Mal que me pese, soy un descreído. La motivación extra que supone “tener fe” no recaló en mí y por lo tanto, o temo, o desespero, o me resigno y por ende, me desplazo por esta vida con notables dosis de pesimismo a cuestas. La fe está intrínsecamente unida al optimismo, un optimismo que niega la mayor: la muerte; no la física cuya existencia es tan irrefutable como nuestra estupidez, sino la espiritual. De una forma u otra, seguiremos existiendo más allá de este cuerpo; el contenido sólo hace que cambiar de continente y la fuente de nuestras desgracias desaparece. ¡Burda y útil patraña!
Qué más quisiera que ser adicto a esa droga, tener excusas para el comportamiento irracional y motivos para no temer el fin, pero, al igual que muchos, la bioquímica de mi cerebro no ha conseguido darme esa ventaja y –aunque no valga de nada-, me solazo pensando que tengo razón.


       Luis F. de Castro.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Nebraska (Otra minicrítica)

      


      Desde el primer segundo y hasta el último, cuenta tras cuenta, se van enhebrando en el cordel. 
     Son bolitas de colores; ni muy vivos, ni brillantes, más bien discretos y algo simplones que van cayendo una sobre otra dando significado a un paisaje humano desmedido por lo burdo. 
      Payne nos cuenta una complicada historia con palabras aparentemente ingenuas y elementales, desnudando con parsimonia y tranquila tozudez los defectos de una sociedad envejecida, cruel y acartonada. El resultado es una película espléndida, llena de matices y escandalosos silencios; cargada de espesos mensajes que cuesta asimilar y que dejan un sorprendente regusto.

domingo, 9 de febrero de 2014

La ladrona de libros (Minicrítica de cine)

   

     Si el fin del cine es distraer, lo consigue; y de manera eficaz. Son dos horas y un poco que se te pasan rápidamente; pero tras el trasfondo de una historia original, unos actores de notoria valía y una ambientación cuidada; me ataca la sospecha de que la película está pensada -y es mi personalísimo parecer-  para acometer la búsqueda desesperada de algún premio; de tal forma que sigue los clásicos y académicos parámetros del manual sin concederse ninguna licencia; por poco arriesgada que sea: No hay planos difíciles, no coquetea con las modernas posibilidades de la cámara, no juega  con los tiempos; exclusivamente sigue el manual. A pesar de ello, y salvo el desilusionante desenlace, es muy aprovechable.

                                         Luis F. de Castro

sábado, 8 de febrero de 2014

No estoy de humor

http://eltrasterodemimente.files.wordpress.com/2011/05/dolor1-scaled500.jpg?w=500&h=500


Queridos y añorados colocotrocos: No estoy de humor.

            Llevo setenta y dos horas con dolor de cabeza, de las cuales, las últimas doce están consiguiendo socavar la poca dignidad de la que dispongo. En esta puta tesitura intento no caer en la autocompasión y, aunque creo que el simple hecho de pasar estas sensaciones al papel forma parte de esa sintomatología, creo que es una nimia dolencia comparada con otras de las que pululan por mi periferia.

Hace tiempo que confirmé mis sospechas sobre la especial naturaleza del dolor humano. En el Homo sapiens, la base fisiológica del dolor es la misma que en nuestros acompañantes en el devenir natural del planeta, pero hay dos componentes que lo diferencia del resto: El conocimiento consciente de su presencia y la constancia de su utilidad/inutilidad y, ambas circunstancias nos traen más problemas de los que nos solucionan.

El dolor físico es, en el ser humano en exclusiva, la antesala del sufrimiento, y esta circunstancia es característica e inseparable del raciocinio.

Moraleja: A los tontos, todo les duele menos.

                                                            
                                       Luis F. de Castro

domingo, 2 de febrero de 2014

Debate sobre feminismo, conducta y eficacia V y último

Pero si rechazáramos la palabra "feminismo" también estaríamos rechazando la larga lista de victorias que las feministas han ido cosechando a lo largo de más de un siglo en defensa de los derechos de la mujer. El derecho al voto de la mujer conseguido por las feministas "sufragettes".
La incorporación de la mujer al mundo laboral. El acceso de la mujer a la educación, culminando con el enorme porcentaje de mujeres que cursan carreras universitarias hoy en día. El éxito de científicas, mujeres de empresa, jefas de estado. El acceso a métodos anticonceptivos para que la mujer pueda elegir su vida familiar en lugar de ser esclava de ella.
La liberación sexual de la mujer, su derecho al placer. Los avances conseguidos para detener la violación, el abuso sexual y la violencia de género (aunque son problemas que aún perduran, por desgracia). Todo eso costó mucho trabajo y muchos sacrificios de mujeres (y hombres) feministas. Al lado de esos logros, lo que puedan decir algunas extremistas y fanáticas que se atreven a hablar en nombre de la mayoría de las mujeres no tiene ninguna importancia.



Seguramente estéis en lo cierto, pero mi opinión sobre el vocablo está formada. En lo demás coincidimos plenamente.
Saludos.

sábado, 1 de febrero de 2014

Debate sobre feminismo, conducta y eficacia IV

La vida es diversa y los caminos por donde transita, inescrutables para un ser humano limitado y egoísta. 

Dora, tienes razón y tanto tú como Hermes, mostráis una concepción de las relaciones hombre/mujer más activa y evolucionada que la mía; pero a determinadas edades se transita con un equipaje más pesado y molesto, resultando, por ende, difícil cambiar el paso. No quisiera que esta entradilla os llevara a pensar que estáis ante un tipo retrógrado y anquilosado, pero tengo dos limitaciones difícilmente superables: una es la escritura: rara vez consigo trasladar a lector lo que pienso con sus matices y recovecos, y otra, una cierta actitud pesimista ante la vida.

Evidentemente, a mi manera de ver, cuando Dora dice que“El feminismo busca la igualdad de derechos entre el hombre y la mujer “, tiene absolutamente toda la razón, pero la palabra ha envejecido mal y hoy día, tras dos siglos de lucha, está emponzoñada por aquellos que la han utilizado con intenciones aviesas y torticeras; es más, creo que el daño al binomio palabra/concepto es tan grave, que la lucha por la igualdad real entre sexos debería buscar otro vocablo no tan malherido. 

Se ha avanzado mucho, pero hoy por hoy, la palabra -y digo bien: la palabra- es un hamdicap para la consecución de los unos fines marcados por la ética y la razón; de ahí mi opinión sobre que estamos ante un problema semántico, no conceptual.
 
Recuerdo la anécdota referida por los estudiosos del marketing sobre el nombre adjudicado a un automóvil. Nadie en su sano juicio -y español a más señas-, compraría un vehículo que se llamara “Pajero”. Es evidente que para defenderse de burlas y chanzas, el propietario iba derrochar recursos necesarios para mejores fines, por lo que la empresa -con buen criterio- y con la idea de que su producto se vendiera, le cambió el nombre al modelo llamándole “Montero”. No sé si el ejemplo viene correctamente al caso, pero algo me dice que se acerca.


En cualquier caso, decirte que estamos en la misma cuerda y que, en mí, tienes un serio admirador
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