miércoles, 31 de diciembre de 2014

Dentro de nada, todos calientes.

http://www.mistarjetasvirtuales.com/


 Hoy, 31 de diciembre, aquí, en Madrid, hace un frío del carajo. Hace un frío conversador, de esos de los que todos hablan cuando no hay otra cosa qué decir. 
Es en esta tesitura, donde se hace difícil creer en esa cosa del calentamiento global; pero en esto pasa como con las “meigas”; creer no creeré pero haberlas hailas... 
Y digo yo; ¿porqué -y a la vez que intentan evitarlo-, no nos adaptamos a él? 
Está muy bien eso de controlar la emisión de ciertos gases, evitar conductas irrespetuosas con el medio ambiente y otras cosas así, pero vista la irreversibilidad de la situación -según los sesudos que entienden-, echo en falta medidas de adaptación a lo que se nos viene encima.


Luis F. de Castro

lunes, 29 de diciembre de 2014

¿Donde están los niños?

 Una sociedad sin niños es una sociedad triste, oscura y pesimista. Al igual que la madera pasto de la carcoma, un pueblo sin niños se quebrará ante cualquier dificultad, porque el aliciente de un futuro es el futuro mismo.
El desánimo es cosa de viejos y de niños la ilusión. Lo son todo, son la inspiración, son el motivo y la razón de un mañana vivo.
¿Dónde están los niños en esta tierra sin futuro?

¿Dónde el báculo de estos ancianos malhumorados y quejumbrosos?

                     Luis F. de Castro

La suma de todos

 http://www.humorgrafico.org/galerias/museo-virtual/franchu

Caigo en la cuenta del punto de racionalidad que en su día se quiso dar a la imagen institucional de la Comunidad de Madrid. Sin ir más lejos, su eslogan: “La suma de todos”. Bonita declaración de intenciones para una -no deja de ser eso- comunidad de propietarios; porque su fundamento se basa, a mi ufano entender, en la simple, directa y noble intención de sumar voluntades y aptitudes para conseguir las más altas cotas de bienestar común posible.
Visto lo visto y teniendo en cuenta que todos los que suman no parecen ser tantos como debiera, no estaría de más que nos mirásemos al ombligo uno por uno y analizásemos cual es nuestra aportación a la comunidad.
¿Damos más o menos de lo que recibimos?
Y después de hacer nuestras cuentas... sin trampas, por supuesto, tendremos más claro hasta que punto podemos o no exigir.


Luis F. de Castro



sábado, 27 de diciembre de 2014

El viejo tacaño.

       
       Uno, con los años, se hace escueto.
    Cada vez cuesta más mover el cuerpo y a cuenta de ello, reduce sus necesidades en razón a la posibilidad de conseguirlas.
     El tiempo te convence que pasó la hora del gallardo pavoneo, de aparentar aquello que no somos obligándote a ocultar lo que sí. Como resultado, poco a poco te sumes en una dinámica de escaqueo vital, de pasividad contemplativa y expectante que -extrañamente-, en nada tiene que ver con la vagancia o la holgazanería. Es, sencillamente, una búsqueda de la eficacia primordial, la huida de la indiscreta opulencia y el derroche. Llega el momento de preguntarse cuanto papel higiénico es necesario para eso que todos hacemos, o si para beber un sorbo necesita uno el vaso lleno hasta el borde.
     Lo mismo que nos abandona la memoria y nos aborda la torpeza, nos inunda una necesidad perentoria de ahorrar la vida y sus cosas con la ufana pretensión de usarlas en momentos más determinantes. Como si eso fuera posible... ¡pazguatos!
       Llegado el momento, nunca encuentras lo guardado.

Luis F. de Castro

lunes, 8 de diciembre de 2014

Porquería hasta en las ojeras




No sé en que lugar de la lista de sumideros de impuestos se encuentra Madrid. Ni idea tengo si los sufridos ciudadanos de esta ciudad pagamos mucho o poco en relación a otras ciudades... no lo sé; pero entre otras muchas consideraciones que pueden venir al caso, sólo me queda decir que vivo en una ciudad “pelín” asquerosa. No hay nada figurado en esto que digo, mi sensación va más en dirección a la literalidad, a intentar haceros llegar que la suciedad todo lo cubre y que para nada veo que la aportación que los ciudadanos hacemos al erario se utiliza en lo que debiera ser utilizada.