martes, 29 de diciembre de 2015

Eso que algunos llaman cultura tradicional y yo llamo estupidez congénita humana.

 


     Somos esclavos de tradiciones, vicios, tópicos y prejuicios. Qué difícil es encontrar un equilibrio; cualquier equilibrio. Si a la abuela no le entra en la cabeza que lavar plato a plato consume más agua que usar el lavavajillas, si no consigues dejar de fumar a pesar de eso que le pasó a tu tío, si matar un toro a lanzazos es "de toda la vida" y “no van a venir de fuera a decirnos lo que debemos hacer”, como no va a poder quemar el paisano el monte para mejorar los "praos".
     Decirle a este señor que es pan para hoy y hambre para mañana, sobra... seguirá en sus trece, seguirá mirando con resentimiento a todo el que haga algo para evitarlo, seguirá poniendo toda su energía en demostrarnos que “su” tradición es más fuerte y válida que lo que digan “esos que no saben nada” y sólo si quema a su hijo o asa a su madre se dará cuenta -eso sí, por otra vía- que algo falla en lo que hace. 

domingo, 27 de diciembre de 2015

La felicidad, esa gilipollez sobrevalorada. Confórmate con estar a gusto.

    


    Escucho la Sinfonía del Nuevo Mundo y mientras sus compases se me incrustan en la boca del estómago me pregunto qué puedo hacer yo. Sí, qué puedo hacer para ser feliz y ayudar a que los demás también lo sean… aunque sea un poco.

lunes, 30 de noviembre de 2015

Lo importante.




Hoy me levanto trascendente e inconformista.
De salida, intento girar la cabeza intentando escuchar el clik que marque el ajuste correcto; ese punto de ancla desde donde analizar este batiburrillo de vida sin que se te muevan los pies y, la verdad, cuesta un potosí.
Todo el mundo opina, todos quieren tener razón y -visto lo visto- no hay sitio para tanto acierto. Oí una vez que no merecía la pena perder el tiempo en llevarse el gato al agua, que eso de pretender estar siempre en lo cierto es, cuando menos, derrochar lo que no se tiene, porque la mayoría de las veces esa perentoria necesidad lo es sobre asuntos de una nimiedad absoluta y que tanto interés en esas vaciedades devalúa nuestras entendederas. Toda esta disquisición me lleva a pensar que lo centrado es discriminar lo fútil de lo importante, sacar a flote aquello que realmente deba prevalecer y enfocar atención y esfuerzo en eso… y poco más; lo que cada uno consideremos así, o sea, importante, es como los colores, al gusto.


Luis F. de Castro

viernes, 27 de noviembre de 2015

"El mismo amor, la misma lluvia" 1999 -Movie of laif-

   

     Vista desde esta España profunda, te das cuenta el mal que le hizo al cine aquel al que se le ocurrió doblar las películas. Nada más lejos de menospreciar a los actores de doblaje que, en muchos casos, han conseguido salvar cintas infumables, pero cuantas,  por esta misma razón, se han ido al fondo de la memoria sin dejarnos siquiera el poso de su recuerdo. Quizá, sea este matiz lo que separa una buena película de una notable. Ahora, "El mismo amor, la misma lluvia", si me la imagino en castellano palentino, dejaría de ser algo digno de ser guardado en el armario de las buenas cosas.
     Me ha gustado mucho a pesar de que tiene algunos pasajes de relleno tan evidentes que el inconsciente los elimina sin más. Este guión, en manos de algún otro que no se llame Campanella, seguramente hubiera caído en las fauces del típico documental relleno de besos, lágrimas y abrazos y, sin embargo, el resultado es una historia que necesita ser vista, una historia sin aspavientos ni exabruptos que entra cual jarabe para la tos.
     De todos los actores que intervienen, quizás el peor -y no quiero decir que malo- sea Ricardo Darín, que denota cierta tendencia al histrionismo, a la sobreactuación, dando a ciertas escenas una sensación de impostura que no se merece la historia en su conjunto; por suerte, con el tiempo, ha superado esa tendencia y en estos momentos (Luna de Avellaneda, El secreto de sus ojos, Relatos Salvajes, etc.)  atraviesa una etapa dulce que esperemos, dure.

Luis de Castro.

miércoles, 28 de octubre de 2015

The Martian, el desengaño.

   


     Creo, después de leer la crítica de otros colegas de afición, que hemos visto otra película. Hace tiempo que tengo la sospecha de que la calidad de las historias es inversamente proporcional a la bondad de las herramientas que se ponen en manos de los cineastas angloamericanos.

viernes, 23 de octubre de 2015

III - LEOPOLDO II DE BÉLGICA, "EL BONACHÓN"

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/39/Leopold_ii_garter_knight.jpg


¡Quien lo iba a pensar…! Quien hubiera dicho que Bélgica, ese discreto país, rodeado de poderosas naciones por doquier, ese país tan pacífico y tranquilo, fuera el lujoso hogar de uno de los magnicidas más efectivos de la humanidad. 

jueves, 22 de octubre de 2015

II - VINI, VIDI Y EXTERMINÉ

     


    Tasmania es una isla verde, grande y feraz; con grandes bosques y nobles montañas. Se encuentra a una latitud parecida a Galicia, pero en el hemisferio sur y es poco mayor que Andalucía. Desde hace unos trece mil años, el estrecho de Bass la separa del continente australiano. Tasmania tuvo que ser en tiempos lo más parecido a un paraíso que se puede encontrar, y muestra de ello es que sus primitivos habitantes, los tasmanos, una vez abandonaron la compañía de sus compadres, los aborígenes australianos, desecharon algunos de los llamados “avances de la civilización” : la agricultura, la pesca, la domesticación de animales, etcétera, y eso, a mi corto entender solo se entiende si las necesidades son menos.

martes, 20 de octubre de 2015

I - ESOS PODEROSOS, JUSTOS Y DINÁMICOS HIJOS DE LA GRAN BRETAÑA.

           
https://unmundodeluz.files.wordpress.com/2013/09/indian-tribes.jpg

      Si no hubiera existido Theodor de Bry alguien habría fabricado otro mentiroso por el estilo.  Theodor de Bry fue un orfebre, grabador y editor nacido en Lieja en 1528 que, además de lo anterior, se hacía pasar por historiador de una América recién descubierta. Cualquiera con un poco de perspectiva y a la vista de sus trabajos, hubiera comprobado que de sus talleres sólo salía engañosa publicidad y no historia. 

lunes, 19 de octubre de 2015


UN GENOCIDIO COMPARADO 
INTRODUCCIÓN 

     Recién pasado el Día de la Hispanidad y ante la marea de declaraciones, escritos y opiniones en contra de la celebración, un “no sé qué” dentro de un servidor se revuelve y me obliga a hacer “algo” al respecto. Ese órgano interior que paso a llamar desde este momento la vesícula injusticiómetra y que segrega algo amargo e irritante cada vez que su dueño percibe alguna falsedad o injusticia, está soliviantada y -muy a mi pesar- no me deja conciliar el ánimo.

miércoles, 7 de octubre de 2015

¡Como llueve en Minnesota!

   

     Me duele por Amenábar, pero desde "Mar adentro" su visión del cine ha cambiado. Se ha instalado en la vulgaridad. Regresión es una película vulgar.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Reirse es sano (Anacleto: Agente secreto)

     



    El cine, como cualquier manifestación artística, es un medio para hacer llegar determinadas sensaciones desde un sujeto autor a otro receptor. Si aceptamos esta aseveración como cierta, consideraremos que el autor es mejor artista si la sensación/sentimiento que llega al espectador es la deseada. Dicho esto, creo que don Javier Ruiz Caldera, el director, es un buen artista. 
     Después de ver “Anacleto: Agente secreto” sales con la sensación de no haber perdido el tiempo, de haber hecho algo positivo; eso, de momento, es bueno y si además, te dan ganas de seguir echando unas risas a cuenta de recordar escenas de la película, mejor.
     La historia es “salvaje”, pero de un salvajismo contenido, no como el de películas y series al uso, donde lo soez y chabacano se utilizan como herramienta habitual, sino de un salvajismo como de etiqueta, de ese que no mancha. Evidentemente parte de la culpa la tiene Imanol Arias, al que eso de actuar le es tan familiar que no parece que lo haga. Su presencia tranquiliza; es un tipo que -al decir de Gila- “mata con indirectas” y en esta ocasión, tanto Quim Gutiérrez como Alexandra Giménez se han dejado imbuir de estas mismas maneras: Comedidos, pero efectivos.
     Un caso para analizar es el de Berto Romero: ¡Qué bien lo hace! Sólo verle aparecer en pantalla y algo dentro de uno sabe que va a soltar un chascarrillo entre ingenioso y desternillante. Para mí, ha sido un verdadero descubrimiento… y no creo ser el único sorprendido. Por lo demás, casi lo esperado. Un Areces mediocre y el resto en su línea profesional y efectiva.
     En conclusión; Sin llegar a obra maestra, siquiera a espléndida, una muy buena película de humor alocado y desatascador.


Luis F. de Castro  

jueves, 17 de septiembre de 2015

Los caballeros las prefieren...suyas

     


     Éranse una vez dos chicas: morena una, rubia la otra y bellas las dos. Pertenecían al gremio de la farándula formando pareja artística y pasaban su tiempo correteando de escenario en escenario mientras escamoteaban su escasa pericia bajo escandalosas dosis de muslo y pechuga.
     Se llevaban bien, acaso por que eran muy diferentes y, aunque opinaran dispar, apoyábanse en todo lo que mereciera ser apoyado. Una era casquivana y promiscua... digamos que de bisagras bien engrasadas; importábale bien poco los detalles, cuando el general era lo suficientemente largo y grueso; a la otra no le saciaban ninguna de esas medidas, el único tamaño que llamaba su atención era el de la faltriquera que obligatoriamente debía estar bien surtida. Hablando claro; una era puta y la otra casi.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

MI MÚSICA DE CINE-4 (“2001, Una odisea en el espacio”, Stanley Kubrik, 1968)

     

      ¡Ay si Strauss levantara la cabeza! Si en su momento, hubiera visto la escena en la que se empleó su “Danubio azul” en “2001, Una odisea en el espacio”, seguramente, necesitaría pestañear desaforadamente para humedecer unos ojos a punto de salirse de las órbitas. Primero, por la improbabilidad de entender lo que viere, y segundo, por la belleza del binomio música/imagen.

     Kubrick se luce. Coreografiar la escena tiene mérito, mucho mérito, y es que ser el primero en hacer algo es realmente difícil, y si además, es capaz de producir sensaciones tan agradables, más. La peli es pionera en muchos aspectos: maquetas, ambientación, técnica narrativa, pero sólo por ver la llegada del transbordador a la estación orbital, merece la pena. Ni que decir tiene que los efectos son alucinantes -sobre todo para 1966-, pero centrarse en su elaboración, es restar caché a una de los momentos claves del cine de todos los tiempos.

     No he encontrado ningún vídeo de la escena con la calidad que se merece, pero para muestra vale un botón. Espero que recordar cosas como esta os siente tan bien como a mí.


Luis F. de Castro

martes, 15 de septiembre de 2015

"Atrapa la bandera" La dificultad de hacer lo fácil



¡Pero qué disgustado vengo del cine!
Pase que la cinta sea un poco ñoña; pase que los chistes sean cuatro, manidos y obsoletos; pase que el argumento sea simple, simple; pero lo que no paso es que -con lo difícil que es hacer una buena película de dibujos animados-  el Sr. Gato falla en lo más fácil: los detalles. Una historia puede tratar sobre cómo llegar al cielo trepando por una planta de habichuelas o sobre como depilar a una araña para hacer un cepillo de dientes, pero sea la que sea, tiene que ser creíble, hilvanada y con una cierta lógica en sus acontecimientos. Es en este apartado donde entra el guión. Si en una escena, entre un plano y otro, el protagonista tiene un dedo de menos, pues toca explicarlo; sino, el espectador centrará su atención en la pregunta y se despistará de la trama. Hay genios de la dirección que son capaces de dar esa información de forma tan sutil que uno no se cuestiona nada, pero son tres, y entre ellos -por lo visto- no está el director de "Atrapa la bandera"
Para pasar el ratillo, vale, pero nada más.

Luis F. de Castro

miércoles, 9 de septiembre de 2015

MI MÚSICA DE CINE - 3 (Con faldas y a lo loco, Billy Wilder, 1959)

     Siento que para algunos, lo que voy ha decir, será una tontá de viejo verde, pero es que -y discúlpenme- es hablar de Marylin y temblarme las calandracas.
    Se cuentan muchas historias sobre esta, mi musa más intemporal, pero sean o no ciertas, da igual: El mito es el mito y no me lo van a reventar ni esos pelucones que se calzaba, ni aquellos que me recuerdan que ahora será poco más que polvo… y es que es verla cantando “I Wanna be loved by you” y se me olvida que la física manda en todo lo que pesa o suene.
     La película, cuyo título original era “Some like it hot”, que traducido al castellano sería algo parecido a “A algunos les gusta caliente”, no se presentó en España de esa guisa porque la hubieran mandado a esparragar a Francia; de hecho se las tuvo tiesas con las censuras, tanto española como americana, censura esta que en aquellos tiempos (1959) no era moco de pavo. Marylin, en aquella época, tenía poco que demostrar: no era una excelencia como actriz, tampoco como cantante y siquiera su físico se ajustaba a los cánones -estaba más bien "rellenita"-, pero tenía un “nosequé” o un “queseyó” que obligaba a los estudios a aflojarle tres veces más soldada que a Curtis o Lemmon, y eso a pesar de sus impuntualidades, sus fallos de memoria y sus otras “cosillas” por el estilo. Esto levantaba envidias y resquemores a su paso, haciendo que mi admirada estuviera casi siempre a la defensiva. A este tenor se cuenta que un responsable de vestuario le dijo que Curtis tenía un culo más bonito que el suyo -¡menuda majadería!- a lo que ella se abrió la blusa y preguntó si el mozo tenía también mejor pecho que ella. Todo esto me lleva a pensar que no hubo buen ambiente entre ellos. Me llama mucho la atención una respuesta de Curtis a un periodista en la que se le preguntó sobre sus sensaciones al besar aquellos labios carnosos y pecadores: “Fue como besar a Hitler” contestó el malandrín. ¡Que sabrá ese! Creo que había resquemor en sus palabras.
     En cualquier caso, a Wilder le salió redonda y se confirmó como un genio de la comedia.
     Os dejo la escena donde I Wanna be loved by youpasa de ser un mero número musical a ser algo para recordar de por vida.





Luis F. de Castro

martes, 8 de septiembre de 2015

Como podrá ver nada Don Benicio con esos ojos tan cerrados.



     A León de Aranoa le ha salido una road-movie circular; una historia donde ocurren cosas a lo largo de una línea que se encuentra a sí misma recurrentemente. La trama tiene muy pocas fisuras -aunque alguna tiene- y te deja intencionadamente colgado en las alturas a la espera de que ocurra lo que no termina de ocurrir. Es precisamente esa incertidumbre la que te sujeta a la butaca con bastante eficacia. Una historia tan simple que sorprende y unos diálogos que interesan, incluso, fuera de la trama.
     En cuanto a los actores está Don Benicio, al que no se le presentaron las ganas de sobre-actuar tal y como en otras cintas que me sé, y es que así, gana muchísimo. Lo de Tim Robbins es como lo de Resines; hace de Tim Robbins aunque se disfrace de querubín angelical y, a pesar de ello, agradable y sin desentonar; y después están las chicas; una rubia, Mélanie Thierry que lo hace pero que muy bien y otra morena, la señora/ita Kurylenco, que tiene tanto de agraciada como de poca gracia. De los demás, solo parabienes.
     En conclusión: Me gustó y mucho. Creo que tardará unos meses en olvidárseme.

Luis F. de Castro

domingo, 5 de julio de 2015

La medida de la virtud

      Como en casi todas las cosas de este mundo, la medida es el indicativo que separa lo bueno de lo no tanto. Tópicas virtudes que se convierten en defecto cuando sobrepasan determinado punto: La valentía, la paciencia, la generosidad, y otras muchas que, llevadas a determinado grado, se transforman en cargas tan pesadas que mejor vivir sin ellas; cargas que algunas veces para otros y siempre para uno mismo desearías no llevar.
     Es el orgullo una de esas.
     ¿Merece la pena tener razón en algunos casos?
     Cuántas desgracias cayeron sobre el que no supo retirarse a tiempo, cuantas. Cuantas sobre el que, orgulloso, puso su pensamiento por encima de su vida.
     ¡Que estupidez!
     No gana el que tiene razón, sino el que aguanta... y siempre aguanta más el que se retira a tiempo.


                                  Luis de Castro

viernes, 19 de junio de 2015

Estúpido dolor


Agitada y vacua noche sin rumbo.
A lomos de un caballo loco se alinean, una tras otra, escenas sin razón ni motivo; improntas de un agitado pensamiento empeñado en joderme por la vía dolorosa; inasequible al desánimo, persistente y tenaz, invade mis dominios sin compasión, haciendo de la “tierra quemada” su trofeo y mi derrota.
Quien pudiera horadar la sien y profanar esa manteca dolorosa con una cucharilla de café; sacar uno tras otro esos centímetros cúbicos de molesta materia gris y dejar que el viento recorra ese espacio como lo haría si nada lo ocupase.
Pasa la noche y esa luz que vaga entre horas encuentra, por fin, donde posarse. Mis ojos toman tierra y el díscolo mundo de la oscuridad adquiere relevancia física.
Bienvenido sea.



Luis F. de Castro Llera

martes, 9 de junio de 2015

Requisitos para ser una persona normal, 2015 (Leticia Dolera)



      Esta comedia no me ha gustado; y no me ha gustado porque los gags, -salvo dos- son poco ocurrentes, el diálogo tiene giros que te descolocan sacándote de la historia, los personajes están poco definidos en tanto tienen actitudes fuera de lo que teóricamente se espera de ellos y -sobre todo- porque no me la creo... ¡qué le voy ha hacer! Lo único que alivia mi modesto entender es la frescura de las primeras obras, ese "no sé qué" de la inocencia, ese "aquel" de la virginidad que te hace albergar moderadas dosis de esperanza en el futuro de Leticia Dolera como directora. 
     Otro aparte es el de los títulos de crédito; subvenciones y más subvenciones: Así no vamos a ninguna parte y la mayoría de la industria cinematográfica lo sabe, pero callan para que dure y el que venga detrás que "arree"

MI MÚSICA EN EL CINE – 2 (Singin' in the Rain , 1952, Stanley Donen, Jene Kelly)

¡Por Dios! Pero qué bien hecho. El número de Jene Kelly es la repanocha. De todos es conocido el perfeccionismo del amigo, pero este le salió redondo, a pesar de que lo hizo con 39 grados de fiebre y con un traje que mojado se iba de los diez kilos. Se dice que lo rodaron con varias cámaras en un solo intento; ¡mentira! Tardaron tres días de duro trabajo y multitud de tomas como sería de esperar de un montaje tan dificultoso. Otra de las curiosidades que rodean esta escena es que la lluvia era de una mezcla de agua y leche… ¡mentira, también! Se tomo iluminándola en contraluz para hacerla visible. Con todo, este número musical es de los que quedan grabados en la memoria de cualquiera al que le guste lo bien hecho y tenga sangre en las venas. Se pueden pasar por alto que el traje se moje y se seque aleatoriamente, que en el traveling sobre una pose con los brazos en cruz y la cara al cielo, Kelly casi se ahoga y le salen unos gorgoritos propios del apuro o que en una toma general se comprueba que solo llueve encima de nuestro protagonista... ¡Pelillos a la mar!


domingo, 7 de junio de 2015

MI MÚSICA EN EL CINE – 1 (Deliverance, 1972, John Boorman)

Dura película sobre las miserias humanas. De esas que -según los casos-, se te pueden atragantar. En ella hay un número musical que se me quedó grabado para los restos; se trata de “Duelo de banjos” y tiene un halo de frescura y autenticidad que se sale de la compostura normal de un número de película. No se olvida, seguro. 
Desde poco después de estrenada, se extendió un bulo sobre esta escena. Se decía que no estaba preparada y que surgió de manera improvisada en una gasolinera donde el equipo paró a repostar y que Boorman -siguiendo su instinto cinematográfico- capto y montó para que cupiera de forma natural en el metraje de la película. En realidad no consta que el director desmintiera el bulo, pero existen muchas posibilidades de que la escena se rodara específicamente para la película. El tema llegó a ganar un disco de oro que Boorman guardó hasta que le fue robado por Martin Cahill, un delincuente irlandés cuya vida contaría en la película de 1998 The General.



Qué pasaría si...


https://sinalefa2.wordpress.com/2012/07/21/educar-en-valores-la-sinceridad/sinceridad-2/



 Cae en mis manos un libro del 78 de un tal Maya Pines, titulado algo así como “Los manipuladores del cerebro” en el que se relata en uno de sus capítulos la herramienta utilizada por unos suecos por la que, mediante la introducción de ciertos tintes fluorescentes en las sustancias neurotransmisoras, estas se hacen visibles en determinados momentos.

viernes, 5 de junio de 2015

La evolución tranquila



 Hubo un tiempo en el que la actitud de alguna persona cercana llamó mi atención. Acciones como tirar, romper, destruir, etc significaban para ella hechos trascendentes, eran acciones cuya importancia superaban -algunas veces en mucho- el valor del objeto tirado, roto o destruido; eran situaciones en las que, al menos eso parecía, debían tomar partido opiniones más fundadas que las meramente ocasionales. Eso de arrojar a la basura un palo podría ser tomado como una irresponsabilidad si antes no pasaba por el período de descanso en la caseta, el turno de apilado en el cobertizo y el duro casting de reutilización. Poco a poco se fue aclarando la razón de este comportamiento. Eran tiempos de recursos limitados, de escasez -si no de penuria- y el hecho de hacer desaparecer algo que costó tanto conseguir, significaba una flagrante inmoralidad.

jueves, 4 de junio de 2015

Hasta en la sopa

                                            http://lavozpopular.com/pablo-iglesias-felipe-vi-spoiler-juego-de-tronos/


 Ayer, tras encender la caja tonta y comprobar que don Pablo Iglesias sigue allí; perenne, incólume, inasequible al tedio, decidí comprobar si el mundo cambia después de una semana sin estar al día de sus ideas. Voy a cerciorarme si mi metabolismo vital puede prescindir de esa sabia o, tras siete días de abstinencia, este cuerpo que me sustenta no termina por presentar taras inasumibles. Quiero constatar si hay vida más allá de ese señor, más allá de su icónica camisa, su resultona coleta y esa sonrisa proletaria desplegada constantemente a los cuatro vientos.
Amigos; si después de estos siete días, no tenéis noticias de mias, sabed que habré sucumbido y que la vida en este planeta es imposible sin don Pablo Iglesias Turrión.


miércoles, 3 de junio de 2015

Hasta aquí hemos llegado

http://actualidad.rt.com/economia/view/83258-economia-ecologia-efectivas-traer-fin-mundo-mayas



Día tras día, año tras año, nos desayunamos con esas estadísticas que todo lo analizan; esas que escudriñan matemáticamente nuestro devenir y que usan los eruditos para gestionar nuestra vida. Día tras día, año tras año, nos tenemos que entristecer por decreto si esas estadísticas no son las que ellos esperan y alegrarnos si sí. Dice el ideario económico -y hay que creerlo a pies juntillas- que si esas encíclicas económicas nos muestran una economía en crecimiento, la cosa va bien… y digo yo ¿es eso cierto? ¿Hay que creerlo? Os acordáis de aquel dicho, refrán o chascarrillo que planteaba eso de “¡Virgencita! Que me quede como estaba… “ ¡Pues eso!

martes, 2 de junio de 2015

Elogio de la intrascendencia


                                     http://www.vertele.com/noticias/los-espanoles-somos-los-lideres-mundiales-en-telebasura/

 Entre el principio y el fin trotamos en manada; queramos o no. Viajamos en el interior de una amalgama en la que sólo distinguimos individuos si nos acercamos lo bastante. Si no es así, si nos vemos desde un distante otero, no somos otra cosa distinta a ese rebaño de ñus que tarde tras tarde atraviesa el Okavango mientras sesteamos en el sofá. Desde ahí, solo vemos una masa infusa con la que -ni en nuestras peores pesadillas, nos identificaríamos; porque nosotros somos algo más... a que sí; porque yo tengo importantes motivos para hacer lo que hago y los demás… ¡quién sabe!

domingo, 3 de mayo de 2015

Sobre el principio de todas las cosas



 Tal y como nos vemos nacer y morir, tal y como observamos que el árbol brota de la semilla de su progenitor y termina pudriéndose bajo las raíces de su vástago, concebimos el principio y el fin. La vida tiene sus ciclos dentro de los cuales el nacimiento y la muerte no dejan de ser un par de los eslabones de una cadena sinfín y nada tienen que ver con el principio de las cosas, porque la vida es solo una ínfima parte de todo lo que nos rodea, una infinitesimal partícula en la inmensidad del universo.

domingo, 26 de abril de 2015

Algo huele a podrido al sur de las Canarias

http://serbarrendero.blogspot.com.es/2013/10/la-princesa-mette-mary-visita-una.html   


 Quizás sea la hora, quizás el día, pero, después de hacerme a la idea de lo que ha pasado con el pedazo de pesquero accidentado en Las Canarias, más me machaca las meninges aquel dicho de “Pa lo que me queda en el convento, me cago dentro” ...Pero, después de lo de aquel “Prestige” -de tan infausto recuerdo, por cierto- ¿como se les ocurre sacar esa sucia chatarra a mar abierto para que se hunda? Que alguien me lo explique. No será mejor limpiar ese montón de mierda en una esquina que tener que ir recogiendo mojones por medio Atlántico. No lo entiendo... Si seré zangolotino que se me escapa. Ahora ya se sabe: que si la mancha va, que si la mancha viene y dos destructores, cuatro dragaminas, el “Juan Sebastián Elcano”, doce helicópteros, la Tejerina y cuatro mil doscientos voluntarios persiguiéndola por doquiera que vaya... ¡Menudo papelón! ...no, si ya lo decía aquel: “Ni una cabeza buena”   

sábado, 25 de abril de 2015

Solos

        http://4.bp.blogspot.comg

 Como todos los días, Nacho es el primero en llegar. Pide la primera de las tres cervezas con limón que caerán esta tarde y –al igual que siempre- sienta su corpachón a la vera de la mesa desde donde mejor se ve la tele. Sus cincuenta años y la invalidez permanente por esquizofrenia dejan mucho tiempo y gran parte de él, lo derrocha esperando. Es un tipo poco hablador; prefiere observar y sonreír mientras escucha las diatribas que se cruzan entre José y Daniel. Sus dos amigos no le requieren al diálogo: le conocen bien y a lo sumo, le preguntarán algo que con un monosílabo como respuesta, va que se las pela. Ellos saben que es difícil rebuscar en sus pensamientos; los tiene bien escondidos en el último estofado de lentejas que hizo su mujer antes de abandonarle. Tal vez un mínimo gesto, un ademán, una pasajera mueca podría indicarnos el camino hacia su interior… pero no: dos escuetas palabras sirven para informarte que has errado, que su mente va por derroteros esquivos dejándote la impronta de que algo sabe -y lo calla-.

viernes, 27 de marzo de 2015

El deshumorador nocturno



 Silencioso merodeador que aprovecha la oscuridad para vagar de habitación en habitación tanteando a los durmientes. Etéreo vagabundo que rellena su holganza trasteando entre los pensamientos de unos y otros y que rebusca entre ellos en pos de los que alegran o enaltecen el ánimo para desmenuzarlos y emborronarlos. ¿Quien será esa presencia tan intensa y que tanta importancia se arroga? ¿Quien esa que localiza débiles y sumisas mentes para saquear gestos y demudar semblantes? Es el Deshumorador nocturno; es ese “porculero” maleante que se lleva la sonrisa mañanera de aquellos a los que saquea y les deja una nube negra y desabrida sobre sus cabezas. Una nube que persiste hasta que el viento se la lleva entre quejas y quejidos dejando, por fin, el natural semblante a la luz del sol. Pobres aquellas víctimas de ese cabrón desorejado -mi hija, por ejemplo- que inadvertidamente son saqueadas y pobres aquellas otras -yo, para más señas- que, sin serlo, tienen que soportarlas. Ver a tu querido ser convertido en un cactus maloliente, en una alimaña vil y contestona a la que no le sirven paños calientes y cuyos únicos bálsamos son el tiempo – a Dios gracias, poco- y el silencio, es un puñetero castigo difícilmente soportable.
Menos mal que dura poco y tan intensa como fugaz, la obra del desgraciado Deshumorador nocturno se desvanece como la construyó: sin saber porqué.

Luis F. de Castro


Imagen: http://hoytele2.blogspot.com.es/2013/02/el-caso-waterclose-espanol.html


jueves, 26 de marzo de 2015

Ayer en el médico

 Ayer, 200 años y 134 días después de la única guerra que deberíamos haber perdido* y motivado por un asunto de pólipos, tuve a bien pasar por la consulta del especialista en digestivo. Llegado al lugar a la hora indicada, me topé con una ventanilla que, a la par que cerrada, se encontraba orlada hasta límites insospechados de carteles informativos. Eran dispares en formas, tamaños y colores: unos nuevos y otros ajados, unos escrupulosamente escritos y otros burdamente garabateados, unos firmados con “gracias” y otros con “la dirección” pero todos, todos, ordenando cosas o imponiendo condiciones para ser atendidos.
Enfrascado en su lectura cual recita salmos del antiguo testamento, no caí en la cuenta del tiempo y mi enano interior y yo nos sumergimos en una disputa justiciera sobre lo soberbio y pedante de sus contenidos: Que si quieres ser atendido, con la tarjeta sanitaria en la boca, que “ojito” con levantar la voz, que si la hora de la cita es de mentirijillas, que si debíamos permanecer sentados, que si los móviles apagados… y un sinfín de memeces más a cual más imperiosa y restrictiva. En esto que me vi levantándome con ímpetu justiciero y –digno y orgulloso- arrancar uno tras otros todos los “papelajos”, me vi increpando al personal sobre su descarada falta de eficiencia, me contemple dándoles lecciones sobre la adecuada atención al público, me sentí querido por los sufridos administrados y aplaudido por ellos, me vi… ¡hay, como me vi!
-Señor, que no tengo todo el día, me da sus papeles o prefiere seguir rezando…
-¡Oh! Si, si, perdone; es que me distraje con estas amables indicaciones. Tenga, tenga.

Luis F. de Castro.


*Refiriéndose a la guerra de independencia española, Napoleón I, en su exilio, declaró:
Esta maldita Guerra de España fue la causa primera de todas las desgracias de Francia. Todas las circunstancias de mis desastres se relacionan con este nudo fatal: destruyó mi autoridad moral en Europa, complicó mis dificultades, abrió una escuela a los soldados ingleses... esta maldita guerra me ha perdido.”

Fraser, Ronald: La maldita guerra de España. Historia social de la guerra de la Independencia, 1808–1814.

lunes, 23 de marzo de 2015

Andalucía o tener lo que se merece.


            Que la mente humana es difícil de escrutar no tiene discusión y, por lo tanto, que su escrutinio está al alcance de muy pocos, tampoco. El pensamiento colectivo y la sensibilidad social son manipulables hasta puntos insospechados, y lo que hoy es malo, mañana bueno y viceversa. Eso es una máxima universal, que por conocida, tratada y denostada, no deja de incrementarse extendiéndose hasta los últimos rincones de una sociedad gregaria y en exceso zafia. Se dice que un pueblo leído es un pueblo poco manipulable y que la libertad de pensamiento está en proporción directa a la cultura de sus componentes. Es a golpe de verdadera cultura como se van exiliando aquellos elementos de irracionalidad que hacen de nuestra sociedad algo al servicio de aquellos que conocen la técnica de la manipulación.
            Cientos de imputados/investigados, millones de euros sustraídos de los dineros públicos, una insondable red de clientelismo político y una carga de paro insoportable, no han sido suficientes para que el pueblo andaluz cambie su voto, siquiera por la vía de probar otra cosa que -presuntamente- menos daño haga. Y ahora qué. ¿Seguirá la sociedad andaluza arrastrándose en el mismo quejicoso tedio de siempre? ¿Tendrá el social descaro de seguir penando la mala suerte que han tenido con sus gobernantes? Se enterarán ahora los intelectuales de turno el porqué Telecinco es la número uno. Somo lo que somos, y cambiarlo es difícil, muy difícil; hasta el punto de que algunos consideran que la ruptura es la única vía. Romper con todo para cambiar de dueño... sí, de dueño, no se sale de una de esas con otra cosa que con amo nuevo, por que España es mucho de “Don Juanón o Juanillo” y en vez de limar, ajustar, reconducir somos de “mantenerla sin enmendarla hasta joderla, para después matarla”

            Espero no tener razón y que los tiempos hayan cambiado inadvertidamente para mí; que el análisis de esta situación sea más simple y sencilla del que bulle en mi cabeza y este nuevo avatar político sea parte de una solución que se me escapa. Mientras espero que sea así, no dejo de pensar en el tópico:  “Tenemos lo que nos merecemos”.

Luis F. de Castro

miércoles, 18 de febrero de 2015

Las ovejas no pierden el tren ni tocan el piano

    



      Es como si en una fiesta cada cual bailara una canción diferente; unos en plan saltimbanqui, otros como el que nunca bailó y el resto con un palo metido por ahí, pero el último paso todos lo dan a un tiempo. Una bonita historia que se escapa al final por las prisas de irse a casa a cenar. Si hubiera terminado tres minutos antes sería mejor. No sé como quitarme la impresión de que este defecto acompaña a la mayoría de las pelis españolas. creo que somos de ese natural y como que nunca rematamos la faena. Por culpa de esto, "Las ovejas no pierden el tren", será una más de las que se olvidan sin más.

Luis F. de Castro

viernes, 2 de enero de 2015

Prisionero de si



http://pecorosama.blogspot.com.es/



 Desventurado aquel que persiguiendo pequeños sueños de perfección se queda día tras día en el camino.
Desgraciado el que -como quien busca una excusa- descarga en el todos su frustrada visión del funcionar del mundo.
Pena ver como un batallón de hormigas en su cabeza le roban el descanso sometiéndole a la tortura de una vigilia permanente... y como se desespera al observar que ese al que creen fuerte es el más débil de todos.
Como hacer ver que necesita descansar; relajar esa vorágine de entelequias y unirse a un mundo más sencillo y liviano.
Cómo le gustaría sonreír sin sombras, hablar sin miedo y desterrar la culpa.



Luis F. de Castro