viernes, 25 de septiembre de 2015

Reirse es sano (Anacleto: Agente secreto)

     



    El cine, como cualquier manifestación artística, es un medio para hacer llegar determinadas sensaciones desde un sujeto autor a otro receptor. Si aceptamos esta aseveración como cierta, consideraremos que el autor es mejor artista si la sensación/sentimiento que llega al espectador es la deseada. Dicho esto, creo que don Javier Ruiz Caldera, el director, es un buen artista. 
     Después de ver “Anacleto: Agente secreto” sales con la sensación de no haber perdido el tiempo, de haber hecho algo positivo; eso, de momento, es bueno y si además, te dan ganas de seguir echando unas risas a cuenta de recordar escenas de la película, mejor.
     La historia es “salvaje”, pero de un salvajismo contenido, no como el de películas y series al uso, donde lo soez y chabacano se utilizan como herramienta habitual, sino de un salvajismo como de etiqueta, de ese que no mancha. Evidentemente parte de la culpa la tiene Imanol Arias, al que eso de actuar le es tan familiar que no parece que lo haga. Su presencia tranquiliza; es un tipo que -al decir de Gila- “mata con indirectas” y en esta ocasión, tanto Quim Gutiérrez como Alexandra Giménez se han dejado imbuir de estas mismas maneras: Comedidos, pero efectivos.
     Un caso para analizar es el de Berto Romero: ¡Qué bien lo hace! Sólo verle aparecer en pantalla y algo dentro de uno sabe que va a soltar un chascarrillo entre ingenioso y desternillante. Para mí, ha sido un verdadero descubrimiento… y no creo ser el único sorprendido. Por lo demás, casi lo esperado. Un Areces mediocre y el resto en su línea profesional y efectiva.
     En conclusión; Sin llegar a obra maestra, siquiera a espléndida, una muy buena película de humor alocado y desatascador.


Luis F. de Castro  

No hay comentarios:

Publicar un comentario