martes, 8 de octubre de 2013

Las brujas de Zugarramurdi -De locos y brujas va la cosa-




Pocos directores españoles tienen un sello distintivo más acentuado que Alex de la Iglesia y nunca, aún queriéndolo, podría ocultar que estas brujas son suyas; esas situaciones, esos disfraces, esos diálogos no pueden venir de otra cabeza que de la suya.
 La cuestión es que uno se lo pasa de cine viendo las aventuras y desventuras de esos dos tontos muy tontos que son Hugo Silva y Mario Casas. “Tontá tras tontá” los minutos van pasando y el espectador –yo- va pasando de un estado “quasi-incrédulo” a otro de “cuéntame lo que quieras que soy todo tuyo” sin darme demasiada cuenta. Las primeras sonrisas se trasforman en sonoras carcajadas que van salpicando la platea con moderada abundancia y no es que la película no se merezca más de ellas, sino que da la sensación que reírse sonoramente en el cine, ya no se lleva y la gente se corta.  
A la cinta le sobran cinco minutos de aquelarre y tres de persecuciones; por lo demás: muy bien. Es un exceso al más puro estilo de su director, pero... con tiento. Los diálogos son chisposos y divertidos de surrealistas y la entrega de sus intérpretes encomiable. Mario Casas: genial. Es difícil hacer el tonto tan bien sin serlo y Hugo Silva en su línea.

Espero la siguiente con la seguridad de que la obra maestra de Alex está al llegar.

                                                              Luis F. de Castro.


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