miércoles, 23 de octubre de 2013

Una cuestión de tiempo... ¡Jó, qué bonito!



    Imagínate que abres el diario de un tipo mediocre, con una vida mediocre y una familia mediocre; le  borras todo lo que pudiera ser malo o desagradable y le añades un puntazo tontorrón. Lo que queda lo salpicas con colonia barata,  lo rellenas de emoticonos sonrientes y corazoncitos, después mandas al perro que te traiga las zapatillas; sí, las de felpa, las calentitas y se eche a tu lado para que te lama los tobillos. Una vez así, lees apoltronado en el sillón de orejas, mientras tu madre pica cebolla a tu lado y escucha el consultorio de Elena Francis... y tu novia, de cuerpo liviano y acaramelada expresión, se acurruca bajo tu axila... ¡Pues eso!
     Y encima se tiran toda la película diciéndote como se hace para ser feliz.
     No penséis mal, pillines; que está muy bien. Este señor Curtis hace películas de libro; de esas en las que encontrar un fallo es difícil, y esta es de esas. Agradable, ligera y, aunque no lo parezca  por lo que acabo de escribir, poco pastelera. Además, te ríes, que según están los tiempos, no está de más.
     Si podéis, verla.

                                            Luis F. de Castro

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