Versos 002
Aire de otoño
Cae la noche
sobre la limpia mirada.
Cubre la negrura
la luz del sentido.
Ciega quien, por
no venir, ni se ha ido.
Dejando tras sí
toda alegría ajada.
Gimiendo.
Llorando al fin.
Tornando a la
postre el sonido lastimero
en duro quebrar
de ramas secas y trueno.
Arrastrando con
pesado ahínco la cara
por el muro que
separa la vida de la nada.
Inoculando a
oleadas el propio veneno
Creyendo cuesta
menos cruzar el lindero
Llorando al fin.
Gimiendo.
Pasa la pena
penando.
Que por corta no
es más densa,
ni por más longeva,
liviana.
Que vive su
tiempo sufriendo
el ser quien es:
inmensa,
o soez, o cruel,
o galana.
Aldade (13 de diciembre de 1999)
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