Como en casi todas las cosas de este mundo, la medida es el
indicativo que separa lo bueno de lo no tanto. Tópicas virtudes que
se convierten en defecto cuando sobrepasan determinado punto: La
valentía, la paciencia, la generosidad, y otras muchas que, llevadas
a determinado grado, se transforman en cargas tan pesadas que mejor
vivir sin ellas; cargas que algunas veces para otros y siempre para
uno mismo desearías no llevar.
Es el orgullo una de esas.
¿Merece la pena tener razón en algunos casos?
Cuántas desgracias cayeron sobre el que no supo retirarse a
tiempo, cuantas. Cuantas sobre el que, orgulloso, puso su pensamiento
por encima de su vida.
¡Que estupidez!
No gana el que tiene razón, sino el que aguanta... y siempre
aguanta más el que se retira a tiempo.
Luis de Castro
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