http://actualidad.rt.com/economia/view/83258-economia-ecologia-efectivas-traer-fin-mundo-mayas
Día tras día, año tras año, nos desayunamos
con esas estadísticas que
todo lo analizan; esas que escudriñan matemáticamente nuestro
devenir y que usan los eruditos para gestionar nuestra vida. Día
tras día, año tras año, nos tenemos que entristecer por decreto si
esas estadísticas no son las que ellos esperan y alegrarnos si sí.
Dice el ideario económico -y hay que creerlo a pies juntillas- que
si esas encíclicas económicas nos muestran
una economía en crecimiento, la cosa va bien… y digo yo ¿es eso
cierto? ¿Hay que creerlo?
Os acordáis de aquel
dicho, refrán o chascarrillo que planteaba eso de “¡Virgencita!
Que me quede como estaba… “ ¡Pues eso!
Hay sociedades que viven en una penuria tan
evidente que la pregunta que me hago en el párrafo anterior sería
cuando menos estúpida, pero no es a ese crecimiento al que me
refiero; por supuesto que las
necesidades básicas son eso: básicas, pero
normalmente,
el crecimiento económico -tan deificado él-,
no se traduce de forma inmediata y
necesariamente, en bienestar para
las clases medias y trabajadoras; más bien todo lo contrario.
Normalmente sigue
una progresiva implantación por escalones que no tienen que
significar mejoras en sus
condiciones de vida. Más trabajo, más
obligaciones, un cierto esclavismo hacia bienes de consumo
“imprescindibles”, menos tiempo libre, una educación
direccionada hacia el devenir económico, etc. hacen
del ideario social que jugar con la Play al fútbol sea más
interesante que hacerlo con un balón en el patio del colegio.
Semejante absurdo se instala de forma tan sibilina en la mente del
pueblo que ni siquiera se da cuenta de su implantación y
a la que recapacitas, estás tan “pillado” que la vuelta atrás
es una quimera.
El desarrollo social basado exclusivamente en
el desarrollo económico es una pantomima de desarrollo. El bienestar
de una sociedad no es otra cosa que el bienestar de sus individuos y
el baremo que mide este, me resisto a pensar que sea la renta por
cabeza o el consumo eléctrico. ¿Por
qué una sociedad contenta y feliz tiene que ser una sociedad que
crece en lo económico? Qué pasa... ¿Es ese el único crecimiento
posible? Ese anhelo constante por ganar más, comprar cosas y estar a
la última, me da que pensar que hace individuos nerviosos,
inestables y constantemente insatisfechos; gente que basa su devenir
en enseñorearse del envoltorio de un paquete vacío. ¿Donde dejamos
esa educación para la convivencia, donde la filosofía y la ética,
donde.
Luis F. de Castro
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