Dice
mi mujer que no me ha gustado porque es romántica, y digo yo que se
equivoca. Para gustos, los colores que decía aquel, pero si el café
con leche no tiene ni café ni leche… pues ya sabes, podrá ser de
todo menos café con leche, y es que “Palmeras en la nieve” tiene
muchas cosas, pero lo que no tiene es pies y
cabeza.
Cuando -por fin- termina la película, salta el debate: Que si
aquella era la hermana de esta, que si el bantú era primo del masai…
que si la abuela fuma… y pienso yo: ciento sesenta y tres minutos
para no tener claro quien es quien es demasiado ¿no?
En
el aspecto interpretativo… ¿cuando se enterarán algunos
directores que solo algunos y geniales actores “valen para todo”?
Mario Casas está “mu bueno” -a decir de muchas/os-, tiene,
además, un puntito cómico intenso y hace muy bien el enfadado,
pero, o aprende mucho, o de papeles de esta complejidad debería
olvidarse. Poca cosa puede ser peor para un actor como que le salga
un chiste cuando lo que quiere es soltar una declamación
dramático-trágica… pues en “Palmeras en la nieve”, don Mario
Casas lo hace más de una vez.
Por
lo demás y en conclusión, solo decir que “Palmeras en la nieve”
es -a mi humilde parecer- una oportunidad perdida y que como tal,
debe ser vista.
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