Es encomiable la lucha
de muchos pueblos por la ley, la democracia y la libertad; cómo se baten por
encumbrar ideas que, visto lo visto, son ya más tópicas que reales; cómo
derriban una barrera sólo para comprobar que se ha creado otra nueva ante
ellos; es admirable. Y es que, entre esas barreras que se encuentran por el
camino, creo que las más importantes son la falta de cultura y la demagogia.
¿Cómo es posible que miles y miles de ciudadanos -la mayoría honrados y
laboriosos- se unan a tesis dictatoriales en contra de otros -tan honrados y
laborioso como los primeros- enarbolando armas y banderas de manera violenta y
radical? ¿Cómo es que la humanidad no aprende de sus errores? Y lo más curioso
es que, en la mayoría de los casos, buscan
exactamente mismo.
Luis F. de Castro.
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