sábado, 23 de agosto de 2014

Carta con poco -o ningún- interés II (Mi hermana)

            
http://www.risasinmas.com/posiblemente-el-cenicero-de-coche-mas-sucio-del-mundo/


     El mundo es cruel y amable al mismo tiempo, querido amigo; está lleno de contradicciones e incongruencias; y si no, explícame porqué nada es igual para nadie, los puntos de vista dispares no rodean y sin embargo, por mucho que creamos tener una idea original, nos equivocamos; esa idea ya la tuvieron muchos antes que tú, o lo que es lo mismo, no eres nada del otro mundo. Triste ¿no?
            Después de dejar a mi gata mascullando métodos y estrategias para asesinarme y a la vecina maldiciendo la hora en que salió a regar las macetas, salí a la calle con la intención de ir al trabajo para producir y pagar pensiones, corruptelas y pitanzas. En ella me espera el Reanult Clio de mi hermana. La muy bruja me lo ha cambiado por el mío con la peregrina excusa de que “¿Cómo quieres que vaya de boda con esta mierda? Andaaa… préstame el tuyo; prometo echarle gasolina y no arañarlo…” Tiene unos doscientos años de antigüedad –el Clío, no mi hermana- ; tanto es así que me asalta la sospecha de que en su capó no son caballos los que tiran, sino bueyes, y si tenemos en cuenta el olor, no creo equivocarme.

Mi hermana es una rosa de pitiminí: Tan coqueta ella, tan pintiparada, tan limpia. Calculo “grosso modo” que pasará frente al espejo unas tres horas diarias y su exfoliada, hidratada e impoluta piel no ve la calle sin pasar bajo la ducha dos o tres veces al día, pero… que ser mas cochino y desordenado. El coche es un puñetero estercolero donde una rata tendría muchos reparos en subir; envoltorios de caramelos, colillas mil, ceniza, polvo, bolsas de plástico se enseñorean esparcidas aquí y allá. Una vez dentro, no se me ocurrió otra cosa más disparatada que abrir la guantera para comprobar si tenía los papeles en regla y al meter la mano en ese oscuro agujero, lo primero que toqué fue el mismo sanwich que un día tuvo que compartir con Lucrecia Borgia… ¡cosa más asquerosa!  Una y otra vez maldigo el momento que accedí al cambio y estas maldiciones llegan al sumun cuando compruebo que me lo ha dejado seco, y si quiero llegar al trabajo, lo primero que debo hacer es pasar por la gasolinera… ¡Dios corajudo! Querido amigo; si alguna vez necesitas un aliciente en tu vida, dímelo, y te vendo a este ser especial. Seguro que tu vida ganará en matices. Ninguna situación como esta para analizar las relaciones de amor/odio que en el mundo han sido y comprobar que no dejan de ser una manera más de vivir al límite; en el filo de la navaja, ¡vamos!  Te da la sensación de que en cualquier momento perderás la razón y no volverás a recuperarla nunca.
Mi queridísima hermana pertenece al mundo de las sanguijuelas recalcitrantes. Es ella agradable a los sentidos: A la vista porque es guapetona, al oído, porque su voz te arrulla y envuelve, al olfato, porque se deja medio sueldo en aromas, perfumes y aditamentos varios y al gusto y tacto a tenor de la cara de gilipoyas de su novio, pero de ella solo puedes esperar un “sablazo” tras otro. Verla venir con esa carita angelical y empezar a temblar la billetera que guardas en el pantalón es todo uno. Mi madre, que como todas las madres lo sabe todo de todo, me dice que sea comprensivo y flexible, porque si no es así, además de la hacienda  puedo perder todo lo demás.


Luis de Castro

1 comentario:

  1. La historia promete, hombre. N o vayas a hacer lo mismo que con las Historias Ganimedianas, que me dejaste a medias.
    Anda

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