Leo hoy con estupor dos reseñas en un diario de tirada nacional: Una sobre la
cristiana Asia Bibi, paquistaní, que tras cinco aplazamientos de la vista, comprueba como el
tribunal de apelación de Lahore, confirmó ayer la pena de muerte acusada
de blasfemia; su delito: Renunciar a la religión musulmana para desposar
con un cristiano. Y la otra sobre Antonio Troitiño, palentino de 57 años; terrorista miembro de ETA, autor de
22 asesinatos, por los que fue condenado a más de 2.700 años de prisión y
que obtuvo la libertad al considerarse cumplida la pena tras la sentencia del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos después de pasar 24 cómodos años en
la cárcel, y para el cual, la justicia británica ha denegado la extradición por
considerar, al contrario que el Estado español, que no ha vuelto a ETA.
La humanidad
se está rompiendo a jirones. Si tantos miles de
prebostes, sabios, santones, catedráticos, líderes, salvapatrias, craks,
etcétera, a los que pagamos tan generosamente, no se dan cuenta hacia donde
vamos, no merece la pena pagarles más. Volvamos a la ley del más fuerte, a las
cavernas, a cagar por las esquinas, a devorarnos los unos a los otros… volvamos
al lugar de donde venimos; al puñetero polvo.
Partiendo de
la nada hemos conseguido alcanzar las más altas cotas de podredumbre.
Luis F. de
Castro
Hoy puede ser un mal día,
ResponderEliminarplateatelo así