jueves, 2 de octubre de 2014

Una consideración sobre sindicalismo

     
    En este caso -como en muchos otros- es injusto mezclar churras con merinas. Los sindicatos deberían financiarse con las cuotas de sus afiliados, al igual que  -como entidades de interés público y sin ánimo de lucro- ser beneficiarias de ciertas ventajas fiscales y subvenciones,  pero de ahí a convertirse en sumideros de recursos, va un mundo. La actual falta de control sobre sus cuentas lleva a las irregularidades que todos vemos día a día y ello no hace otra cosa que ahondar la desafección que provocan en una gran parte de la población trabajadora. Pienso que el mundo sindical se ha dejado a su suerte, siendo los principales culpables de ello, sus propios dirigentes. Los sindicatos son imprescindibles, pero su descontrolada deriva y el escaso esfuerzo que hacen por mostrarse como tal, van camino de lograr que muchos trabajadores escojan otros caminos en la defensa de sus derechos. 

Luis F. de Castro

2 comentarios:

  1. Eso lo sabemos todos, pero ¿quien le pone el cascabel al gato?

    ResponderEliminar
  2. Si tenemos en cuenta la política generalizada de clientelismo que se lleva en España, lo de los sindicatos es una cosa más de las muchas.

    ResponderEliminar