miércoles, 15 de octubre de 2014

La vulgar egagrópila


El hombre, desde que puede llamarse así, ha creado muchas cosas y la principal de ellas es a sí mismo. Se ha creado a golpe de sudor, sangre e ideales. No sé, ni creo llegar a saber nunca, cuando se separó de su mundano devenir biológico para encaminarse por la senda de la cultura, del raciocinio. La vida en su acepción biológica no es justa ni debe serlo. La evolución, desde que el mundo es mundo,  no discurre por la senda de los justos, sino de los supervivientes y ahí apareció el hombre para enmendar la plana a la naturaleza creando conceptos tan alejados de la evolución natural como la ética, la moral y, sobre todo, la justicia… su justicia. No creo que un mundo creado a base de prueba y error, de la  pervivencia del más apto, acepte a una especie que cambia las reglas del juego en mitad de la partida.

Muy probablemente la naturaleza terminará escupiéndonos como si fuéramos una vulgar egagrópila*.

Luis F. de Castro

*Egagrópila: Dícese de las bolas formadas por restos de alimentos no digeridos que algunas aves carnívoras regurgitan.

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