martes, 29 de julio de 2014

"Corazón de León" o el renglón torcido.

   

     Sobre la base de una historia llamativa, flotan unos buenos actores; lo hacen con solvencia de la mano de una dirección casi impecable. No era necesario poner más carne en la parrilla para dejar una impronta amable en el espectador. Dicen que un buen árbitro es aquel que pasa desapercibido en el terreno de juego; pues bien, lo mismo pasa con un buen director. Sin estridencias, sin florituras se pueden hacer buenas películas y esta lo es, pero echo de menos ese punto de más, ese movimiento de riesgo que nos la haga recordar durante más tiempo que otras muchas.
     Se necesita algún renglón torcido para enderezar la historia.

Luis F. de Castro

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