Ganímedes,
24 de mayo de 2.808
AGFO
espera sentado ante la mesa de su encargado. El duro susiento le
incomoda y no deja de moverse; y es que la compañía está dispuesta
a dar por el culo en todas las circunstancias, y el susiento es una
manera más. Está claro que el asunto del menvisor va a traer cola,
pero nuestro ciudadano ya está curtido en estas lides: de hecho, el
estar aquí, en Ganímedes, en la mina de hielo de EXAM S.G., no deja
de ser un castigo por ser un tipo problemático. Lo cierto y verdad
es que es cierto y verdad. AGFO se pasa la vida intentado
comprender, y eso está mal visto: Intentando comprender por qué le
han mandado a esta luna de mierda, por qué su sueldo tiene que
gastarlo obligatoriamente en los estonomatos de la compañía, por
qué no le asignan ya una binaria, y así, una cosa detrás de otra,
ha llevado a que, por mucho que se esmeren en las clonificaciones, su
humor no mejore.
La
puerta se abre con un suspiro, y tras ella aparece CLON. Para AGFO,
resulta un tipo realmente asqueroso. Bajito, regordete y eternamente
sonriente; se gusta tanto que cuando se hace la manicura, guarda la
uñas para comérselas más tarde. Parsimoniosamente, toma asiento
tras la tabla. Sin mirarle a la cara y con aparente atención repasa
los documientos que se muestran ante su vista.
-Bien,
bien, bien... ¡Otra vez aquí! ¿No? A ver que dicen estos
documientos... -El jefecillo se explaya artificiosamente. No necesita
leer nada para enterarse del problema, pero hace uso de ese tiempo
para remarcar la incertidumbre que habita en nuestro hombre. Ambos
son viejos conocidos de cuando estaban en la Tierra, pero, al igual
que a AGFFO lo trasladaron por comportamiento inadecuado, al
asqueroso lo hicieron por inutilidad manifiesta. -Bueno, bueno...
Estoy realmente preocupado. ¿Qué crees que debo hacer contigo?¿Eh?.
-Evidentemente, al jefecillo le importa un pimiento, por lo que AGFFO
se apresura.
-¡Fácil!
Cambiarme el menvisor, devolverme los doblos que pagué por el
partido y dejarme en paz. ¿Te parece? -Mientras esto dice, AGFO
mira a CLON desafiante, y este, desorbita esos ojos de anfibio que
ninguna clonificación ha conseguido eliminarle.
-Pero,
pero... ¡vaya lenguaje! -sigue sonriendo- Sabe usted que no se debe
hablar así...
-¡Pues
si supieras lo que pienso, se te descolocaban los memoquantos! -Le
suelta nuestro ciudadano sin dejarle acabar.
-¡Bien!
Tengo ordenes de la compañía, en las que se me dice que, si no
accede a retirar la reclamación vocal, le traslade a superficie...
¡Claro está!, con la consecuente reducción de sueldo y
prestaciones y que, además, se le descuenten los desperfectos que
ocasionó ayer en el estonomato del nivel 2... ¿Está usted
dispuesto a ello? -El jefecillo -ahora sí-, le mira abierta e
inquisitivamente. Manteniendo una expresión que a AGFO le parece de
plástico y en la que vislumbra una verdadera intención de joderlo
-De retirarla -continúa CLON-, la compañía, espléndidamente,
accede a que sólo desembolse los desperfectos y una pequeña tasa
por gastos de administración.
-¡Por
Dios, que ganas tengo de que nos lleve por delante un agujero negro!
-Dice AGFO entre dientes-
-Perdone,
no le he entendido... -CLON, se pone la mano abierta tras la oreja
intentado dar a entender que no es eso lo que quiere escuchar.
-Digo
que de tan inmensa generosidad me alegro. -Se escabulle AGFO con
indignidad-
-¡Perfecto!
¿Ve como con buena voluntad todo se arregla? ¡Ala! Firme aquí y
todo resuelto. -CLON, el jefecillo, gira el documiento que se muestra
en la tabla y con uno de sus rechonchos dedos, apunta a un lugar en
blanco entre mucha morralla. Nuestro revoltoso ciudadano se atusa
nervioso el bigote una veinte veces antes de rubricar con una
frustrada visual. ¡Otra puta vez me la han pegado estos cabrones!
-piensa- ¡Pero por mis gónadas que esto no va a quedar así...
(continuará...)
Aldade.
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