Ganímedes,
28 de mayo de 2.808 (otra vez por la tarde)
Dos
veces en dos días es todo un récord. A este paso, todas las
campanas antidistubios de Ganímedes le van a conocer. AGFO -que
lleva diez minutos esperando- se retuerce en el incómodo susiento y
mira a su alrededor esperando encontrar algo que le distraiga. CLON
aparece como siempre: baboso y sonriente. Parece haber engordado en
los dos días que le separan de su anterior visita y la gorepiel ni
por asomo consigue disimular las morcillas que le adornan. Nuestro
hombre cae en la cuenta que entre los dos lados de la tabla, hay
carne para surtir una buena temporada a los animales de unizoo.
-Bien,
bien, bien... ¡Otra vez aquí! ¿No? A ver que dicen estos
documientos...-Mientras le mira con cierto desprecio, AGFO cae en la
cuenta de que el animal no ha cambiado de coletilla desde que le
conoció allá, en la Tierra. El jefecillo parece repasar aquello que
la tabla le va mostrando con mal disimulado desinterés y, a la vez,
AGFO le analiza pormenorizadamente. Sin quererlo llega a la
conclusión de que ponerse a dieta es necesario. No quiere parecerse
a esa bestia ni por asomo. ¿Cuanto tiempo hará que ninguno de los
dos se ven la meona?: Lustros, quizás.
-Mire,
AGFO; su actitud, según veo, es francamente negativa y la empresa
se muestra muy contrariada ante tanto desmán. -A la vez que habla,
se hace trencitas con los pelos que le salen de la nariz-... y esta
situación debe acabar. Me comprende, ¿no?. -AGFO, evidentemente no
está de acuerdo y, como inconsciente forma de demostrarlo, deja de
mirar los enrojecidos ojos de su interlocutor desviándolos hacia el
techo para parecer aburrido. Ante tamaña falta de respeto, CLON
abandona su sempiterna sonrisa intercambiando sus rasgos de foca
divertida por otra de foca apesadumbrada. -¡Por favor, AGFFO, esto
es serio! -exclama con una vocecilla que no le hace justicia.
-Lo
que de verdad es serio es que la Agencia, que -como no- también es
de la compañía, me endilgue como binaria al peor bicho de la
galaxia, que su estonomato no responda de un menvisor defectuoso, que
el carísimo domo que me adjudicaron, solo ensucie lo limpio, me
despierte a media noche y se coja vacaciones sin permiso, que...
-¡Vale,
vale, vale! -El gordezuelo jefecillo intentar detener la retahíla
levantando una de sus manitas. -Está bien; es posible que haya algún
problemilla por solucionar, pero para eso existen los cauces
previstos... -AGFFO nota como -de nuevo- cierto escozor sacude su ya
escaso sentido común y, además el menvisor comienza a pitar para
sus adentros.
-¡Pero
que cauces ni hostias sagradas! Aquí, el único cauce es tragar y
tragar y lo demás son memeces... -AGFO, a medida que habla se va
calentando más y levantado del susiento se vuelca sobre la tabla.
CLON, que se siente amenazado, parece empequeñecer por momentos y en sus ojillos muestra un cierto temor. -Mientras más
reclamo por los “cauces oficiales”, más me dais por el culo y
eso no puede seguir... -El jefecito se ha hundido tanto que poco más
que la cabeza sobresale del nivel de la tabla y, acojonado de verdad,
ruega a DIOR que se dispare la campana antidisturbios y se lleven a
este loco a mantenimiento radical. -... ¡No hay derecho a esto...!
-Al tiempo que CLON ha perdido la esperanza de detener la perorata,
el menvisor no para de pitar en la cabeza de AGFO, lo que alimenta
su agresiva actitud. Es en ese momento cuando la sirena que tanto
conoce suena y, como siempre, para de golpe su verborrea sentándose
a esperar lo inevitable. No pasan ni tres segundo cuando la
sempiterna burbuja opresora le rodea. Es una película transparente
de plasma infranqueable que sirve de prisión provisional hasta que
los polizotas vengan a por él. Su ceño está tan fruncido como el
de un niño contrariado y ha cruzado los brazos como un signo más de
enfado. -¿Quien cojones es? -responde al menvisor.
-Cielito,
sigo esperando... -Al tiempo que la voz de GODA le hiere en lo más
profundo, observa como CLON se ha levantado y mirándole sonriente,
le dedica uno tras otro, abundantes cortes de manga mientras sus
lorzas dan minúsculos saltitos de alegría.
(Continuará...)
Aldade.
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