Ganímedes,
27 de mayo de 2.808
AGFO
no ha pegado ojo en todo el durmiente. A pesar de desvincularse del
menvisor y ponerse el alienante al doble de potencia, saber que se
encuentra bajo el mismo techo que la bruja de GODA, lo ha mantenido
despierto y temeroso. La mujer se empeñó en echar su sumaca pegada
a la de AGFO y -cosas de loca- pretendió sexo de inmediato, pero
nuestro desgraciado protagonista, se dio la vuelta presuroso y quiso
zanjar la requisitoria con un sonoro pedo: no lo consiguió en un
principio, y fueron necesarios varios más para que la mujer dejara
de rozarse contra él.
Se
levanta y recoge la sumaca en un silencio absoluto. Todas las
operaciones de primera mañana las hace con un sigilo entre temeroso
y expectante: por nada quisiera que GODA, que ronca placenteramente
en el dormidor, se despertara... sería fatal para su pretensiones.
En
el preciso momento que su espaciera traspasa el plasma saliendo de
casa, oye en la lejanía unos gritos que no puede discernir con
claridad si son de ahora o es que los tiene grabados en la cabeza de
la noche anterior.
Si
alguien le hubiera dicho un año atrás que esto iba a ocurrir, lo
habría tachado de loco. Cuando, en un principio y como cuchicheo, su
ex-binaria GOFA -la hija- le contaba cosas de su madre, su sentido
común le decía que exageraba, que eran imposibles; pero, poco a
poco las suposiciones y habladurías se fueron colocando cada una en
su sitio y, ante su sorpresa, una tras otra, se iban quedando cortas.
¿Quien se podía creer que había matado a polvos a dos binarios? Si
fuera como dicen que se hacía en la antigüedad, pero ahora sólo
los pormenores llevan algo de esfuerzo; a la hora de la verdad, con
ajustar los menvisores y darle al orgastrón; solucionado. Qué
maldita premonición aquella de su ex, cuando le decía que era tan
inaguantable como su madre y, ahora, por la inoperancia de los de la
Agencia, podrá comprobarlo.
La
espaciera entra en la sede de la Agencia y automáticamente un
plasmón femenino le recibe.
-Propicios días. -¿A que se debe su visita, ciudadano? -Su genuflexión es, a
todas luces, excesiva.
-Propicios
días lo serán para tus electrones, por que a mí me los habéis
desgraciado por una temporada. -AGFO suda copiosamente calva abajo,
y el bigote le brilla como si fuera de plástico. -¡A ver! ¿Donde
coño hay un humano con el que pueda hablar?
-Perdón,
ciudadano. Es política de la Agencia...
-¡Ya
estamos con la política! A ver si me lees bien los labios:
Quiero-hablar-con-un-humano. -AGFO remarca una a una todas las
sílabas y el plasmón, sin variar ni un ápice su estupida sonrisa, se aleja un paso.
-Como
guste, ciudadano. -Podía haber contactado con esta gente por el
menvisor, pero AGFO, de toda la vida, prefirió el cara a cara; es
más efectivo y además, insultar a un humano es, como poco, más
gratificante. Al poco, una mujer menuda y con cara de no ir al
sanidario desde las hace lustros, se planta ante él con gesto de
pocos amigos. Le resulta familiar, y en un primer momento, el hombre
tiene el impulso de preguntarle de qué, pero eso daría a la visita
un aire de familiaridad que no está dispuesto a conceder.
-¡Quiero
que me cambien de binaria ahora mismo! -Intenta traslucir al rostro
todo enfado que almacena desde hace horas.
-Señor
AGFO, sabe que eso no es posible. Cuando usted se adhirió al
programa, firmó un contrato ¿recuerda?, y en él...
-En
él no decía que me iban a emparejar con ese monstruo ¿Entendido?
-El sudor mana de su rostro a raudales y, gracias a DIOR, se evapora
nada más tocarse con la Gorepiel.
-Esa
calificación es ciertamente relativa, y como le iba diciendo cuando
me interrumpió, su contrato estipula que la relación debe
mantenerse por un espacio de garantía mínimo de un ciclo. Además,
su binaria, se ha puesto en contacto con nosotros para que le
recordemos esa clausula, por lo que cualquier componenda es
imposible. ¿Comprende? -Ahora, la mujer, que todo lo que tiene de
baja estatura lo tiene de arrojo, se encuentra tan cercana a él que
casi se tocan y, como si de una pelea por el territorio se tratase,
no retrocede ni un ápice cuando AGFO hace ademán de tocarle el
pecho con el dedo índice.
-Me
habéis colado a la bruja que nadie quiere y eso no puedo
consentirlo. ¡Por DIOR! Con todas las mujeres que hay por ahí y me
endilgáis a mi suegra. ¡Eso es inhumano! -De pronto, el menvisor le
avisa de llamada anónima y AGFO, enfrascado en la discursión como
está, no la atiende.
-Como
no debería tener que repetirle, la adjudicación se hace con la
máximas garantías de complementariedad para ambas partes y, en este
caso concreto -además de esto-, concurre la circunstancia de que
usted... fué solicitado. -La furia acude rauda a su interior. El
menvisor sigue dándole molestos avisos de llamada embarullando aún
más sus sentidos.
-¡Pues,
pues pues...! -AGFO no consigue articular palabra y con el dedo
índice que dejó cargado apuntando al pecho de la mujer, le propina
tres toques en la teta derecha. Al instante la sirena anuncia que la
campana antidisturbios va a solucionar la disputa y el hombre cae en
la cuenta de su situación. Como si de un movimiento reflejo se
tratara, se sienta en el suelo a esperarla. El menvisor sigue
anunciando llamada y esta vez, la acepta.
-Querido,
estoy aquí esperándote, deseosa... - Es GODA la que le habla. El
retitnín es evidente y AGFO se quiere morir.
(Continuará...)
Aldade.
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