En primer lugar os transcribo íntegra la entrada que con el título de "Confesiones de temporada" hizo la autora. En días sucesivos, iré exponiendo los comentarios a los que aludo. Los debatientes son Dora (autora de la entrada), Hermes Solenzol (novelista) y Aldade (que como todos sabéis, soy yo) y en el mismo desarrollamos algunas ideas, para mí, interesantes.
Dora, 19 de septiembre
de 2013
Septiembre está lleno de
nuevos proyectos y metas. Aunque estemos a mediados de mes, ya más cerca de
octubre que de agosto, yo también tengo las mías. Esta vez son un poquito más
serias. Ya sabéis que a mí ovarios no me faltan, así que he tomado las
riendas de mi vida, he mandado a tomar viento mi trabajo 'oficial' (el
cual me tenía hasta el coño, digo moño) y me he convertido en mujer
emprendedora. Este es el motivo por el que llevo un mes sin escribir. Estaré
encantada de presentarlo un pelín más adelante, porque supone enseñar esta cara
bonita y eso de ir de celebrity no va conmigo (queda más
elegante ser modesta cuando no te conoce ni el tato,
reconozcámoslo).
Además, entre mis
objetivos para la próxima temporada, también está hacer crecer este blog que
tantas alegrías me da gracias a vosotras y vosotros. Porque cada vez que pienso
que voy a escribir algo que 'se pasa de la raya' me demostráis que estáis
curados de espanto, que las mentes están más abiertas de lo que tendemos a
pensar y, sobre todo, que hay muchas ganas de sexo. Y eso me hace feliz. El
sexo es vida amigas y amigos.
Durante mis vacaciones,
también me he reconciliado con la idea de la importancia que tiene cuidarse, no
sólo para una misma, sino también para tu pareja. Veréis, en esta última etapa
de mi vida, y debido a mi no-buena experiencia en lo que a relaciones amorosas
se refiere, llegué a la conclusión de que la persona que está a tu lado
debe quererte tal y como eres, sin disfraces ni chapas ni pinturas. Y en parte
así es. Mi espíritu feminista, me obliga a reconocer la pésima influencia que
la cultura estética actual tiene sobre la autoestima de las mujeres. Esto es un
hecho innegable.
Pero el no ser capaz de
'criticar' objetivamente la importancia que tiene cuidarse en una relación de
pareja (ya sea hetero, bi, homo, poli etc.), me estaba torturando. Por un lado,
me negaba a admitir que tengamos que cuidarnos para otro. Pero por otro, era
consciente de lo que pesa esto en una relación (también para mí, porque me
gusta que mi chico quiera cuidarse para gustarme más). Al final, he llegado a
la conclusión de que en todo hay un término medio, y que no tiene por qué
ser una tortura querer verte bien y, a la vez, querer gustar al resto (sin
depender de ello para nuestro bienestar, obvio). Así, en estos dos sentidos,
nuestra autoestima se enriquece. ¿A quién no le halaga un piropo bien lanzado?
(lejos de aquellos de tipo 'te comería todo lo negro' que me
hacen desear frotarme el cuerpo con un estropajo y jabón de lagarto).
Así que el último
objetivo para esta temporada, es admitir abiertamente que me gusta cuidarme
para mí, pero también para los demás. Soy feminista, pero me gustan los
tacones, el rímel, los escotes, los perfumes y la depilación. Jamás como
una exigencia para 'ser mujer' (que es el gran error que cometemos), sino como
una elección personal que me lleva a sentirme bien. Pero siempre respetando que
otras mujeres vivan su feminidad de otra manera. SIEMPRE, SIEMPRE.
Ah, y como siempre, no
nos olvidemos del buen sexo como objetivo primordial. Preparaos, que esta
temporada vienen curvas...
Dora.
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