Por un agujero en el
estómago se escapa.
Sí, se escapa.
Se escapa arrastrando
llantos y miserias;
salamandras, ortigas,
babosas y culebras;
bebedizos, ponzoñas,
pus y excremento;
bilis, hieles, pócimas
y malos emplastes.
Dejando la muerte para
otro momento.
Sin más.
Sin aliento.
Con el hálito justo
para llegar a la salida,
con una pizca de pureza
en el alma,
pero sin lustre,
pero con calma,
pero sin vida.
Y un pesaroso lastre de
vejez en la ilusión.
Sin más
Sin corazón.
Cananas de pena cargo
en bandolera.
Humedezco de lágrimas
los ojos.
Pero de mi ornato,
hago despojos.
Y sin más:
los reparto.
Aldade
Muy bello este poema que, sin aliento, pon un agujero en el estómago se escapa. Gracias, Aldade.
ResponderEliminarMe alegra enormemente que te guste. Sinceramente, tu opinión es importante para mí. El buen criterio es de agradecer.
EliminarSaludos cordiales