Conciudadanos; permitidme este dispendio de locura.
La verdad sea dicha: entre tanta ocupación real, de vez en cuando algo menos pragmático sienta bien. Este poema lo dedico a aquellos que no tiene otra cosa que hacer que leerlo, y versa sobre lo que quieras que verse... así de magnánimo me encuentro hoy.
Escoger el lejano
futuro
sin matar el anhelo
del desconocido
devenir,
de lo incierto, por
oscuro.
Quitando de los ojos
el velo,
descubriendo el
sinvivir.
Que por querer, no
quiero.
Salga el sol por
donde salga;
ventee, llueva o
truene.
Sangre helada por
las venas.
Más valgo yo que
valga;
sin saber lo que me
conviene.
Más me rompan las
penas.
Que por querer, no
quiero.
Maldito, cien veces
maldito
el jugador de lesa
ventaja,
que guiado por
ambición,
verdades de puro
granito
regale al que mal
encaja
caricias de seda y
algodón.
Que por querer, no
quiero.
Aldade
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