Ganímedes,
5 de junio de 2.808
Puede
parecer mentira, pero lo que no consigue GODA, lo está logrando el
miedo. Entra dentro de las maravillas de la naturaleza el hecho de
que AGFO siga vivo.
En
un principio, nada más conocer las sospechas de los polizotes y
enfrentarse a la binaria, el terror le cogió las tripas con tal
fuerza que nada que en ellas entrara, permanecía más de unos
minutos; hasta el punto de verse obligado a solicitar los servicios
de la Edad Social: ¡Naaada, esto no es nada! -Le dijo el medisano-
Mientras AGFO, pálido como una enana blanca, pensaba -¡A tí te lo
daba yo, cabrón! Lo cierto es que nada tenía que ver su estado con
ninguna de las supuestas crueldades de la huesuda, sino al estrés.
-¡Hay que tomarse la vida como llega! -le decía el sanador, sin
saber que a cada frase, solo hacía que acojonar más a AGFO.
La
inspectora FIGA, ya llevaba dos días yendo a casa y a fuer de ser
sincero, hacía bien su trabajo. Se ponía a manipular el pelucón
rosa de GODA y entre potingue y cháchara, echaba la tarde. AGFO,
como escondido, disimuladamente sentado en un susiento y haciendo
parecer que veía series en el menvisor, observaba como las mujeres
charlaban sin descanso y sólo el cruce con alguna furtiva mirada de
la polizota/peluconera, hacía entrever que había algo más que un
interés profesional. A AGFO le llamaba sobremanera la atención la
diferente morfología de ambas que, al verlas juntas, se hacía
evidentísima. ¡Joder!, y porqué me ha tenido que tocar una y no la
otra -pensaba- para, al poco razonar y atender como lógica la
adjudicación de la Agencia. Si sólo hay que verte a tí -se decía-
gordo, calvo y feo; las justas características que precisa un
mujerón como ese... En estas está cuando un meneo le saca de las
alturas.
-¡Amor!
¿Estás dormido? -Es GODA la que le zarandea intentando sacarle de
sus elucubraciones. Detrás de ella se encuentra FIGA expectante.
Viendo y notando el brazo de la mujer en su hombro, se le viene a la
cabeza una alita de pollo frita, pero no tarda en recomponerse para
sentir, de nuevo, el peligro y la repulsión que siente por la
huesuda. -¡Cariño! He recibido en mi menvisor un mensaje de CLON,
tu jefe. Dice que necesita hablar contigo... y que revises el tuyo,
que no consigue contactar. -AGFO salta del susiento y sin dilación,
despliega la espaciera y se pone de camino. Intenta entablar contacto
con CLON y comprueba que su menvisor funciona perfectamente cuando al
hablar con su jefecito, este le hace saber que se trata de un error,
que no le necesita para nada.
De
vuelta en casa, su historia cercana da un vuelco cuando sorprende a
la huesuda y a FIGA, una encima de la otra y, a tenor de la postura
del pelucón de GODA y la expresión de su rostro, con evidentes
muestras de haberle dado trabajo al orgastrón. Ambas mujeres parecen
estar en coma más que dormidas y, para nada, recalan en la presencia
de nuestro hombrecito que, cuando consigue cerrar la boca, intenta
racionalizar la situación.-No sabía yo que la polizotería usaba
estos métodos tan expeditivos -piensa- ¿Y ahora, qué...?
Al
contrario de lo que pudiera parecer, su cuerpo y su mente sienten una
especie de liberación, una liberación parecida a la que le
proporcionaría un hada bienhechora que le descargara de su barriga
y, sin saber cómo, su gesto cambia a mejor. AGFO, en su particular
manera de pensar, empieza a dar forma a la extraña teoría por la
que llega a la conclusión de que si reparte los polvos entre dos, a
menos cogerá cada uno.
Con
la agradable sensación de que sus males aún pueden tener remedio,
da marcha atrás y hace como que nunca pasó por ver el espectáculo;
no sin antes dedicarle a la dormida inspectora su penúltima y
libidinosa mirada.
(Continuará...)
Aldade.
No hay comentarios:
Publicar un comentario