Aquel
al que se le ocurre dirigir "Distrito 9" debería saber a
lo que se expone embarcándose en otra película del mismo estilo; y
es que ponerse el listón tan alto conlleva el peligro de romperse la
dentadura al siguiente salto. Ni siquiera el buen hacer de un Matt
Damon muy afinado, unos efectos especiales honrosos y unos
secundarios que se esfuerzan, salvan una historia como esta. Desde
luego, el guión no ayuda, pero creo que Neil Blomkamp sabe hacerlo
muchísimo mejor. La historia es previsible y alargada
artificiosamente, los diálogos ramplones y las peleas demasiadas...
y esos descorazonadores movimientos de cámara que te dejan el
estómago que ni para sopitas, ¡oye!
¡Ah!
y Jodie Foster para olvidar.
Espero
que la próxima se la tome más en serio.
Aldade
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